El extraño caso de la humildad como habilidad

Por: Emilio Chavez

Hace dos semanas, Gerardo y yo estábamos reunidos con el Director General de una empresa que tiene presencia mundial. El motivo de la reunión era entender su visión de la empresa para los próximos años y a partir de ahí, definir cómo Astrolab le podía ayudar a comunicarla.

La reunión comenzó como cualquier otra: rebotamos ideas, escuchamos lo que nos tenía que decir y finalmente le dimos algunos ejemplos de cómo hemos ayudado a otras empresas. Hasta ese momento no habíamos entendido del todo su necesidad, pues parecía tener una respuesta válida y viable para cada problema que él mismo planteaba.

Fue entonces cuando nos contó cómo ya había pasado por una experiencia similar, en otro país:

-Yo llegué a la compañía cómo encargado de la dirección comercial, de un país europeo. Mi primera impresión al poner un pie en el corporativo es que estaba totalmente desconectado de la operación de nuestras tiendas. Lo que hice fue colocar un aparador igual al de nuestras tiendas en el corporativo. Mi objetivo era acercar la operación a los ejecutivos.

En ese momento, pensé qué su solución fue de alto impacto y elegante, pues era una idea sencilla de implementar, pero a pocos se les hubiera ocurrido. Es la clásica idea ante la cuál, las personas exclamamos: ¡Pues claro, hace sentido!

El director siguió con su historia:

…A pesar de ser una idea innovadora para un corporativo, me di cuenta que no tuvo el impacto que yo quería. La gente no entendió porqué había un aparador ahí. Yo lo tenía claro: para mí era un laboratorio en el cuál podíamos experimentar cosas, antes de implementarlas en nuestras tiendas. Además, te daba cercanía al core del negocio.

Tengo que aceptar que fracasé. No comuniqué el propósito de la iniciativa. No obstante, aprendí donde necesito ayuda, y por eso están ustedes aquí.

¡Vaya lección! Ya había leído sobre el tema, incluso fue recurrente en mis estudios de posgrado, pero no me había hecho sentido hasta ese momento.

¿La lección? Aceptar que fracasaste y no dar pie a la debilidad, sino usarlo como habilitador de las cosas que quieres lograr a través de personas que te complementen. Eso es utilizar la humildad como habilidad directiva. Hay muchas implicaciones y dificultades para lograrlo: ego personal, máscaras sociales y miedos que hay que vencer.

Pero vale la pena el resultado, como lo muestra la historia de este director.

Sobre el autor

Emilio Chavez

COO & Consultor Sr.

Emilio tiene una pasión por entender temas complejos. Es un excelente maestro, le gusta mucho ayudar a otros a desarrollar nuevas competencias y habilidades. 🎯


Fecha:
30 de mayo de 2016

Categoría:
Learning


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